Mientras, vos sí tenes los ojos bien abiertos y ves que los hombres que hoy están para hacer caminar al club, no cumplen con su trabajo. Se aprovechan de un Instituto dormido y conducen hacia su destrucción. Con deudas. Poca transparencia. Engaños. Incumplimiento de Estatuto y vínculos con personas de dudosa procedencia. Y vos, de reojo mirás tu carnet. Todavía te acordás el orgullo que sentiste cuando te viste impreso en ese plástico rojo y blanco. Casi que eras un ejemplo para esos otros locos que, como vos, siempre están presentes en la cancha, pero antes de cada partido compran la entrada entre la Sucre y Calderón de la Barca. Y no es lo mismo. Claro que no. El compromiso es tuyo. Instituto depende de vos y de otros tantos que también poseen ese mismo carnet con cuota al día para ingresar al estadio. Por tal, es hora de salir a la cancha. De agarrar valentía y pedir la pelota. Porque hasta ahora, coparon el Monumental y jugaron ellos, los que están de paso. Y la camiseta les quedó grande. Entonces, te toca a vos.
Es turno de tirarse al suelo para quitarles la pelota, ponerla bajo tus pies y levantar la cabeza. Porque hay una pasión que no se negocia, que la pasa mal y grita por un cambio que solo vos le podes otorgar. Sí, vos, el de la fotito del carnet rojo y blanco. Andá a buscarlo al cajón. No, hoy no juega la Gloria. Hoy Chiarini descansa y también Damiani y los chicos del club. Hoy la camiseta te está esperando a vos para que te movilices y ganes el partido más difícil, ese que proponen los corruptos haciendo de cuenta que hacen las cosas bien. Entonces, anímate. Entrá a la cancha de una buena vez. No importa que en la vereda del frente exista gente con mucho poder. El amor propio le gana a cualquiera y si nos juntamos, somos varios. A ponerse la camiseta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario